domingo, 17 de julio de 2011

Dios habla en todos los idiomas.

A lo largo de mi vida, he aprendido una cosa muy sencilla: Dios es Universal. De todas formas, colores, olores y sabores, pues Él es todo.


Quizás por eso me siento más identificada con el hinduismo, que practicamente abarca todas las concepciones religiosas del mundo: Panteísmo, monoteismo, politeísmo, teísmo, deísmo, agnoicismo hasta el ateísmo :o!

Por eso, no puedo decirme que soy cristiana. Simplemente que creo en Dios en todas sus formas, manifestaciones y maneras. Porque nos ama por lo que somos, no importa si somos buenos o malos, justos o injustos. Ya que tanto los ángeles como los demonios les sirven, guardan la estabilidad del universo.

Y precisamente, Dios también nos habla de múltiples maneras. Ya sea con una canción en la radio que nos manda el mensaje en el momento preciso en que lo necesitamos, al encontrarnos a un amigo en la calle cuando pensamos en él, en un sueño encantador en medio de una etapa de la vida difícil, en la llamada de aquella persona que amamos y que esperabamos escuchar su voz, en el abrazo de un niño lleno de inocencia o en un hermoso amanecer... no alcanzaría el espacio del blog para explicar todas las formas de que Dios nos habla.

Y no se necesita un spin off. Simplemente si nos volvemos sensibles, podemos saber exactamente qué es lo que nos dice.

Aunque existan personas que nos tilden de esquizofrénicos... "Crees que los dioses te hablan"...

¿Y porqué no? Somos su creación y podemos escucharlo con el corazón.

lunes, 11 de octubre de 2010

Ama sin miedo

El otro día fuí a cenar con mi familia a uno de tantos restaurantes que abundan en la zona costera de mi ciudad. Es un restaurante-bar con temática de piratas y también es discoteca a partir de las 10 de la noche aproximadamente. Al lado hay otro restaurant que tiene un bungee, en donde muchos jóvenes (la mayoría turistas) prueban su valentía o el grado de alcohol que han tomado.

Sin embargo, para cuando llegamos había muy poca gente. Así que disfrutamos de una cena de lo más tranquila, con la brisa del mar y luz tenue. Al poco tiempo, escuche un grito que provenía del bungee: Era un joven que se había lanzado al vacío y llevaba en sus manos un rollo, el cual desenrolló mientras rebotaba en el aire y decía "¿Te quieres casar conmigo?".

Después de unos segundos, se escucho una serie de aplausos y gritos de júbilo. La novia había dicho "Sí".

Dato curioso: En la isla de Vanuatu, en el poblado  Bunlap, los jóvenes realizan un ritual en el cual se convierten en hombres y pueden desposar a la chica que les agrade. Precisamente, es lanzarse de un tipo de bungee, con una estructuras de ramas y madera y lianas gruesas en vez del resorte.

Y es que, precisamente, eso es el amor: ya no importa más miedo a excepción del miedo a perder a tu ser amado.

Amar es lanzarse al vacío, enfrentando el miedo, ser valiente, aceptar lo que venga del destino, siempre que esa persona con la que te has fusionado, esté a tu lado. Porque ya no sabes en donde termina tu cuerpo y donde comienza el de él.

Porque el tiempo desaparece, y el aquí y el ahora se convierte en eternidad. No existe el tiempo ni el espacio, mucho menos la materia. No existen los defectos ni las virtudes. No hay status, generación o edad. No hay familia ni amigos. Esa persona se convierte en todo... se convierte en tí misma.

Antes, en la época de nuestros abuelos, se buscaba la mujer virtuosa y hacendosa, el hombre varonil y trabajador. Ahora, tanto hombres como mujeres buscan lo que les falta, que la pareja les cubra sus carencias y les cuelgan toda clase de cualidades, tachándoles cualquier defecto.

Cuando uno ama, simplemente se entrega. Lo que vaya a pasar, es cosa de Dios.

Se entrega a su amor, no porque se lo merezca, simplemente porque es un regalo. Los regalos no se dan si se los merece, sino porque salen de nuestro corazón. Porque deseamos que lo disfrute como nosotros disfrutamos entregarlo. Porque su felicidad es la nuestra. Porque nuestra felicidad es la suya.

Amar es amar con los ojos cerrados al pasado y abiertos al futuro.

Para mi amado:

Podría reconocerte a través de mil vidas.
Tu aroma entre mil personas.
Tu voz entre los gritos del mundo.
Tus formas entre las sombras de la noche.

Porque esto ya es único.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Vivir el aquí y el ahora...


Desde hace unos días que tenía la intención de realizar este blog. Fue el día viernes justamente que lo decidí.

Salí de la casa al super a comprar algunas cosas que necesitaba. Estaba muy nublado, en realidad, en toda la semana no ha cesado de llover al igual que en gran parte del país. Pensé que no llovería hasta en un par de horas, así que no llevé el paraguas. No contaba con que tardaría mas de la cuenta, así que cuando salía del super llovía fuertemente.

Mi primera impresión fue de esperar pero... ¿Si tardaba en cesar de llover? ¿Si en cambio llovía más fuerte? Recordé una clase de la Uni en donde la profesora explicaba los pensamientos irracionales, que nos enfermaban el alma y la mente. Y uno de esos eran los famosos " Y si...". Así que me animé y camine bajo la lluvia, experimentando una sensación de libertad que hacía mucho tiempo no sentía y despreocupación a pesar de vivir en un estado fallido. Crucé el puente peatonal disfrutando enormemente como mi ser se empapaba de bienestar y armonía. De recuerdos en mis años escolares, cuando caían las primeras lluvias y disfrutaba mojarme sin preocuparme de los resfriados, influenzas porcinas o si mi uniforme se secaría al día siguiente. 

Simplemente disfruté esos momentos, esos minutos. Ese presente en que no existían carteles peleando los territorios, asaltantes al pendiente del menor descuido de uno, crisis económica y moral, trabajo pendiente ni tesis por realizar.

Y es curioso, porque incluso existe un test psicológico que se llama "Persona bajo la lluvia", en donde se supone que si uno dibuja a una persona bajo la lluvia sin paraguas o protección, significa que se siente amenazado por el medio ambiente y que le faltan defensas adecuadas. Y sin embargo, una carga de mí se fue con esa lluvia, al dejarme llevar, al disfrutar ese presente.

Tal y como disfruto el ahora: Concretando una nueva etapa de mi vida.